Uno pregunta y otro contesta parece ser la base y el desarrollo de la entrevista, pero en realidad es más que eso. Para llegar al momento donde se encuentran cara a cara el entrevistado con el entrevistador existe una preparación y una investigación previa, luego de la entrevista misma hay otro momento que es el de edición. Además en estas tres etapas pueden surgir distintas variaciones, inconvenientes o imprevistos que el periodista debe ir resolviendo en el transcurso de su trabajo. Sobre esto último Ulibarri dice “(la entrevista) se trata de ocasiones a menudo imprevistas, que no ofrecen la posibilidad de documentarnos, y que nos demandan una alta capacidad de improvisación, o un manejo apresurado de los conocimientos que ya tenemos sobre el tema”.
Entonces podemos dividir al trabajo de la entrevista en tres etapas: preparación, entrevista en sí y edición.
La primera es el momento en el cual es periodista elige a quién va a entrevistar, realiza una investigación del mismo y planifica el cuestionario. Eduardo Ulibarri lo define como definición y planificación. El mismo autor dice al respecto que la entrevista “requiere también un proceso de preparación, fundamentalmente temática, pero a veces también psicológica, que deberá ser mas prolija mientras más importante sea el personaje, mas delicado lo que pueda decirnos – u ocultarnos- y más directa su participación en los hechos o situaciones que nos interesan”
También Leonor Arfuch hace referencia a esta etapa comparando a un periodista con un detective “El trabajo detectivesco comienza en ocasiones tratando de ubicar al personaje, ganarse su confianza, obtener finalmente una cita (es el caso de tantos monstruos sagrados); otras veces se trata de una investigación previa al cuestionario, que concierne a una biografía, una teoría o una gestión, pero en todos los casos lo que prima en la imaginación del entrevistador es el deseo de develar algo, de ir más allá de lo que está a la vista”
Luego de todo este proceso se llega a la entrevista misma, donde ya se encuentra el entrevistador con su entrevistado. En este momento surge el pacto de que uno pregunta y el otro responde, pero puede pasar que se rompa; además puede suceder que el periodista deje de llevar la conversación adelante y sea el entrevistado quien tome el control.
También el desarrollo de la entrevista depende de la disposición que tenga el entrevistado para responder, nos podemos encontrar con alguien a quien le encante contarnos sus cosas o con alguien que sólo responda con monosílabos. Rivers, citado por Ulibarri en su texto, menciona cuatro posibles fuentes de errores o problemas durante la entrevista:
1) La apariencia y manera del entrevistado. Aquí recomienda que el periodista trate de reducir la distancia social con su entrevistado para que no conteste con antipatía, si lo ve inferior, o conteste lo que cree que el periodista quiere escuchar si lo ve superior.
2) La estructuración y formulación de preguntas. Tiene que estar bien formuladas y “al escribirlas, debemos hacer lo posible por no sugerir al entrevistado cuáles podrían ser las respuestas “correctas” o las “incorrectas””
3) La actitud del entrevistador. “debemos ser corteses en el trato, pero firmes en lo que preguntemos”
4) Expectativas del entrevistador sobre las actitudes del entrevistado. Aquí afirma que es conveniente mantener la neutralidad.
Cuando se termina el encuentro y ya está la conversación grabada y tomada en un anotador queda, finalmente, el trabajo de edición. Este trabajo se da siempre que la entrevista no este realizada en vivo para radio o TV.
Posiblemente cuando realiza su primera entrevista pareciera que esto es lo mas fácil del trabajo, que desgrabar es una tarea como un dictado, pero no. Cuando uno vuelve a escuchar el cassette se da cuenta que en la oralidad se utilizan muchos recursos discursivos que en la escritura no quedan bien, como la repetición de una misma palabra o frase, las muletillas como bueno, eh, no, etc. Además existe otro inconveniente, al transcribir la entrevista hay que tratar de ser lo mas fiel posible a las respuestas dadas, a lo que el entrevistado quiso decir y como fue que lo dijo, para ello debemos mediante aclaraciones y signos de puntuación tratar de que el lector capte el mensaje lo mas parecido a como uno lo hizo.
Para resumir, la entrevista no sólo es hacer preguntas sino que requiere todo un trabajo de investigación, rapidez mental, control, de edición y corrección. Y además hay que tener en cuenta que la subjetividad no esta ausente en ninguna parte.
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